
La periodista gastronómica del diario El País, Rosa Rivas, junto al Presidente de la Real Academia de Gastronomía, Rafael Ansón, durante el acto de clausura del IV curso de Expertos en Periodismo Gastronómico y Nutricional de la UCM. Imagen Nuria Blanco Hernández.
El pasado viernes dimos por concluido el curso académico de Periodismo Gastronómico y Nutricional de la Fac. de CC de la Información de la UCM. Con Rosa Rivas, periodista gastronómica del diario El País, y madrina de excepción de la nueva promoción volvimos a reafirmarnos en la importancia que tiene la alimentación y la gastronomía como materia informativa de primera magnitud. Entre sus muchas recetas, Rosa Rivas puso el colofón a un nuevo grupo de profesionales con los que apostó por la formación y el sentido común que deben girar en torno a cualquier información.
Rigurosidad, claridad, contraste de fuente, citas… Estamos a punto de dar la bienvenida al verano y no queremos ponernos dogmáticos pero sí queremos lanzar una llamada de atención tanto a empresarios de medios, empresas de alimentación y profesionales independientes. Esta llamada de atención no pretende ser un reproche, más bien una sincera petición para que entre todos (docentes, profesionales, estudiantes y empresarios) la apuesta no sea otra que la especialización periodística en materia gastronómica y agroalimentaria (con sus múltiples facetas) para alcanzar ese grado de excelencia que estábamos viendo como algo más que un sueño y que corre el peligro de retroceder en el tiempo.
No se trata de ponerse pesimista, se trata de reflexionar sobre la calidad del periodismo. Sobre el periodismo que queremos.
El verano es una de las mejores épocas para hacer balance sobre lo que queremos hacer, hacia dónde dirigirnos. Nuestra titulación acaba de abrir el periodo de preinscripción para el próximo curso formativo 2014. Con lo que se demuestra tanto la calidad y el compromiso docente y profesional como la progresión de una titulación más que necesaria.
No cabe duda de que el periodismo español, su situación, su regeneración, sus despidos, retribuciones, salarios, situación de becarios, etc., nos proporcionan en el momento actual materia más que suficiente para frenar en seco. La calidad de los medios que, sumidos en una convulsión interna, ahora se resiente sobremanera, y son los medios, los profesionales y los empresarios que cuentan con la comunicación como una de las patas principales para llegar a la ciudadanía, los que deben apostar por la formación y no dejarse cegar por las supuestas ventajas del periodista o comunicador todoterreno. Quizá no lo perciba la totalidad de los lectores, oyentes o espectadores. Pero sí lo perciben sus profesionales que se ven en una encrucijada donde la invasión es más que posible y en la que su formación no se valora como debiera. Sin embargo, la especialización periodística es la única vía para alcanzar el máximo nivel de calidad.
Por eso cabría preguntarse, como lo hizo la gastroperiodista Rosa Rivas durante el acto de clausura de este curso académico de gastroperiodismo, ¿para qué estudiar periodismo gastronómico? Infinidad de respuestas como múltiples son las aristas que rodean esta especialidad.
Otras profesiones, otras materias informativas parecen tener más claro su papel. Sin embargo, y, a pesar del glamour que pueda despedir lo gastronómico que con frecuencia se queda en la anécdota o el plato, los periodistas gastronómicos tenemos mucha labor por delante. Así que la respuesta deberías ser al tiempo general y particular. Periodismo, sí. Periodistas profesionales, desde luego. Gastroperiodistas, sin duda. Y sana competencia y profesionalidad. Pero también responsabilidad y respeto hacia esta profesión, hacia sus partes implicadas, estén delante o detrás de las informaciones, sean lectores o prescriptores, como reivindicaba Rosa Rivas, madrina de la última promoción de periodistas gastronómicos y nutricionales. En definitiva, periodismo gastronómico como garantía de calidad en las informaciones y como entidad vigilante, bien formada, atenta y diletante para que nunca nos den gato por liebre y para que nunca se nos escatimen datos. Para garantizar lo que siempre ha tratado de garantizar cualquier periodismo: para hacer público lo relevante y no dejarse influir o intimidar por muy exótico o extraordinario que nos sirvan cualquier plato.