Tenemos por delante varias sesiones en las que los géneros periodísticos, el estilo de redacción y la importancia de adaptación al medio en el cual escribimos serán materia principal del curso Periodismo Gastronómico y Nutricional de la UCM (Facultad de Ciencias de la Información).
El periodismo, más aún el periodismo gastronómico, no puede conformarse con los resúmenes habituales a los que tienen acostumbrados muchos medios digitales. Como no puede ser de otra manera, desde la Universidad Complutense de Madrid apuesta por el futuro de los estudiantes y el futuro de la profesión. Sus elementos principales, aquellos que compilaron Kovach y Rosenstiel, están en nuestro ámbito tan presentes como en cualquier otro.
Hace algunos días comencé a repasar junto a los alumnos en el aula los orígenes de esta especialidad en España, en la asignatura titulada Historia del Periodismo Gastronómico Español. Y lo hacía partiendo del siglo XVIII español (de donde parte nuestro particular hilo conductor de relaciones entre prensa y gastronomía), y no a partir del afamado autor de guías (promotor gastronómico al fin y al cabo) Grimod de la Reynière, francés de referencia universal, proclamado padre del periodismo gastronómico.
Tenemos mucho que contar y mucho que aprender porque este periodismo, tan propenso como cualquier otro a los peligros generales de la profesión, es la especialización de moda, pero también una materia que nos ha ido acompañando durante siglos y que merece la atención del público de cuya información final, como periodistas, somos responsables.
Lo dicho, periodismo y gastronomía por delante, unidos y en su único contexto profesional.